domingo, 28 de septiembre de 2014

28.09.14.- EL SAS OBCECADO CON LA DESASTROSA FUSIÓN DE HOSPITALES


SUR.es Málaga


Los males de la sanidad pública

 

Imagen de archivo de una protesta en contra de los recortes celebrada en la puerta de Carlos Haya.
Imagen de archivo de una protesta en contra de los recortes celebrada en la puerta de Carlos Haya. / SUR
  • Al aumento de las listas de espera, la fusión de servicios, los contratos al 75% se une la falta de diálogo con los profesionales, hecho que ha crispado los ánimos



Los males de la sanidad pública tienen una causa (los recortes motivados por la crisis económica) y varias consecuencias (aumento de las listas de espera quirúrgicas y diagnósticos, malestar entre los profesionales por el incremento de su horario laboral, contrataciones al 75 por ciento o, incluso, por menor tiempo, fusión de servicios hospitalarios de Carlos Haya y del Clínico Universitario, cierre de camas y de plantas por falta de personal, ausencia de inversiones en nuevas infraestructuras, gestores que se han atrincherado en sus despachos, no han escuchado las reivindicaciones de sindicatos y colectivos ciudadanos y han dado de lado a médicos y enfermeros, entre otras cuestiones). La suma de esos factores ha ido deteriorando durante más de dos años la calidad de la asistencia y sobrecargando el trabajo en los centros sanitarios, con el consiguiente perjuicio para los pacientes, que ven cómo crecen las demoras, y favoreciendo el enfado de los trabajadores, que perciben que tienen cada vez más tareas que sacar adelante y, por contra, han sufrido una pérdida de poder adquisitivo por la congelación de sus salarios, en el mejor de los casos, o por la reducción del sueldo, en el personal que no está contratado al cien por cien de jornada.

El conflicto más importante se ha desencadenado en los hospitales Carlos Haya y Clínico Universitario. El clima de tensión ha ido subiendo de tono progresivamente hasta hacer insostenible la situación. Las protestas de los sindicatos y de los profesionales han ido creciendo de manera exponencial al no encontrar respuesta a sus peticiones ni soluciones a las deficiencias denunciadas. Al final, la Consejería de Salud y el SAS han decidido abrir un nuevo tiempo y tratar de aplacar unos ánimos muy encrespados. Para ello, el pasado martes se produjo la destitución de la gerente de Carlos Haya y el Clínico, Carmen Cortes. Su sustituto es José Luis Doña, que ocupaba la subdirección médico-quirúrgica de los dos hospitales.

Doña, un hombre que conoce bien ambos centros hospitalarios, asume el cargo con el reto de rebajar el malestar y escuchar los planteamientos que le formulen los trabajadores. Para ello, tendrá que hacer gala de su talante conciliador y dialogante. Deberá tener en cuenta a los demás y ofrecer alternativas a una serie de asuntos pendientes, como la rebelión de las matronas del Hospital Materno Infantil, la reapertura de camas y plantas o la disminución de las listas de espera. Si no lo logra, el polvorín en el que se han convertido los dos principales hospitales públicos de Málaga puede saltar por los aires en cualquier momento. Las palabras que pronunció en su primera comparecencia pública abren una ventana a la esperanza de que llega un viento fresco. Doña manifestó: «Yo no tomo decisiones si no son consensuadas. Es algo que debe tener todo el mundo presente».

Por tanto, lo primero que el nuevo gerente debe conseguir es ganarse la confianza y el respeto de los profesionales, que estos sientan que disponen de un interlocutor que les habla y que no da la callada por respuesta. La etapa de Cortes, que tenía a todo el mundo en contra, se ha cerrado con un saldo negativo por su falta de capacidad negociadora y por haberse parapetado en su despacho, una actitud que ha sido muy criticada desde distintos frentes y que se alejaba de la línea marcada por la Consejería de Salud desde que a su frente está María José Sánchez Rubio, cuyo objetivo es conocer lo que piensan los trabajadores y atender las peticiones de los ciudadanos. En la senda del diálogo también está el delegado provincial de Salud, Daniel Pérez, que ha ejercicio de apagafuegos en distintos incidentes habidos en Carlos Haya y el Clínico.

Recortes en cascada

Entre unos problemas y otros, el panorama de los hospitales y de los centros de salud malagueños es peor ahora que en 2012 cuando la Junta de Andalucía, acuciada por las medidas adoptadas por el Gobierno central con la finalidad de frenar el déficit y ahorrar, empezó a poner en marcha una cascada de recortes que se han mantenido y que, si no se acaban pronto, dejarán una huella muy difícil de borrar, con el peligro de mantener al barco sanitario hundido más que tocado. Una de las actuaciones aplicadas por la Consejería de Salud para frenar el gasto fue dejar aparcados sine díe todos los proyectos de construcción de edificios no empezados. Así, se mandó al limbo la iniciativa de construir el macrohospital o ‘nuevo Carlos Haya’, el elevado coste de esa edificación hacía inviable ejecutarla en una época de escasez de fondos. Igualmente, quedaron en agua de borrajas los Chares de Mijas y Estepona (ni siquiera se llegó a poner la primera piedra) o el CARE de Torremolinos.

En cambio, con el objetivo de reducir costes, la Consejería de Salud, entonces dirigida por María Jesús Montero, decidió unificar los hospitales Regional Carlos Haya y Clínico Universitario. Para ello, nombró gerente de ambos centros, en octubre de 2012, a la citada Carmen Cortes, que dirigía el primero de los centros desde junio de ese año. De ese modo, asumió a su cargo a 8.000 trabajadores y gestionó un presupuesto de unos de 550 millones de euros. La decisión de que una sola persona lleve las riendas de dos centros hospitalarios con un volumen de actividad muy importante y con tan elevado número de personal ha sido cuestionada desde diversos frentes. «No es operativo que un gerente esté unos días en un hospital y otros en el otro. Ese vacío de poder afecta al normal desarrollo de los centros. Los profesionales prefieren saber que hay en su hospital un responsable al que poder plantearle asuntos que no pueden esperar», significó un especialista consultado por este periódico.

El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque, considera que Carlos Haya y el Clínico deben tener un gerente propio cada uno. «Los profesionales precisan de un referente claro. Lo demás son fórmulas híbridas que no fructifican», subrayó.

El secretario provincial del Sindicato de Enfermería, Eugenio Pérez, también defiende que Salud deshaga la gerencia única y vuelva a nombrar a un responsable para cada centro hospitalario. «Se ha comprobado por la experiencia de estos dos últimos años que contar con un solo gerente es un atraso y que no supone un ahorro económico, porque se prescindió de un gerente, pero se nombró a un subdirector gerente, o sea, un cargo por otro», aseguró el sindicalista del Satse.

Unidades intercentros

Otro de los acontecimientos que ha levantado una polvareda ha sido la fusión de servicios de Carlos Haya y el Clínico para crear las denominadas unidades clínicas de gestión intercentros. Ese proceso ha originado suspicacias y recelos, ya que si antes había un jefe en un determinado servicio de Carlos Haya y otro en el del Clínico, ahora hay un solo director de unidad intercentros. Por el camino se han quedado médicos de reconocido prestigio que se han sentido apartados. Además, como habido más jefes que provenían de Carlos Haya que han asumido la dirección de las unidades, algunos facultativos del Clínico han referido que han sido colonizados.

Hasta la fecha, las unidades de gestión clínicas intercentros constituidas son 16 (en torno al 30 por ciento del total): anatomía patológica, angiología y cirugía vascular, bloque quirúrgico, cirugía general y aparato digestivo, dermatología, endocrinología y nutrición, enfermedades infecciosas, microbiología y medicina preventiva, farmacia, hematología, laboratorios, medicina interna, nefrología, urología, neurociencias, oftalmología y oncología integral. De momento, parece que las fusiones se han estancado para evitar fricciones. Por tanto, deberá primar el consenso para que haya más. Incluso hay voces, como la del presidente del Colegio de Médicos, que afirman que lo que se ha fusionado puede desfusionarse y volver a la situación anterior.

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